Cuando te haces con una finca que ha pasado de convencional a ecológica, de tener olivos de 2 y 3 patas a tenerlos de 1, y que además tiene parcelas propensas a las escorrentías y las heladas… tienes dos opciones:
1
Arrancar lo que te encuentras en esas parcelas y empezar de cero con un plan de plantación y cultivo radicalmente distinto. Lo que nos pedía la cabeza.
2
Puedes confiar en esas luchadoras que aún medio abandonadas han sobrevivido y darles una segunda oportunidad. Lo que nos pedía el corazón, con algo de cabeza.
Concretamente optamos por una cirugía en profundidad en una parcela de 8 has. de Arbequinos, que tras varios años de práctico abandono se habían convertido en arbustos improductivos.
Para estos menesteres, además de meterle horas de reflexión, estar un poco pirado y tener claro que era una inversión a largo plazo, contamos con la experiencia y el buen hacer de nuestro encargado, Jesús Romero y con la precisión ingenieril / topográfica de otro Jesús, Rodriguez-Bulnes ,en este caso.
Decidimos aplicar una poda agresiva y levantar esos olivos que se habían hecho arbustos ( estado natural del olivo, por cierto). Dejamos un único tronco guía y despejamos todo lo que pudimos su ramaje para levantarle la cruz. Trabajo sobre el terreno de unos “podaores” de Jaén que se gastan mucho arte.
Además teníamos que drenar el agua que se filtraba del talud que les hace de pared Norte a estos olivos y así evitar encharcamientos. Como se ve en las fotos aéreas, olivos plantados años antes habían desaparecido en esas zonas encharcables.
Para ello, gracias al topógrafo y una buena retroexcavadora marcamos un mapa hídrico, para verle las “venas” al terreno y abrimos unos “cerrojos de drenaje” con distintas profundidades para capturar esas aguas y llevarlas a través de una zanja al río.
Una vez abiertos los cerrojos, los forramos de geotextil para que no se filtrase la fina arcilla que abunda en la zona y los rellenamos con 1 millón de kilos de piedra de una cantera del Horcajo.
Luego, para cerrar el círculo se nos fue aún más la cabeza e intensificamos el marco y doblamos la plantación, entreverando un olivo Arróniz por cada Arbequino. Nos hará mucha ilusión hacer un “coupage” con estas dos variedades el día que las plantas tengan el porte suficiente para recolectarlas “del tirón”
Pues si, un poco piraos ya estamos.
Mucha materia gris, muchos jornales y muchas semanas después pudimos decir que el resultado era un éxito.
Los olivos empezaron a “arrojar” nuevos brotes con un vigor nunca visto y en su primera campaña después de sanearlos no les cabía una aceituna más.